Orar: Jesús, amigo de las mujeres


En el círculo de discípulos de Jesús, las mujeres tenían los mismos derechos. Esto era una novedad importante en aquel momento histórico en el que un maestro sólo tenía hombres como discípulos a su alrededor.
Jesús predicaba sus enseñanzas a todos los que lo querían escuchar sin distinción de género; por lo tanto, las mujeres también transmitían, recordaban y conservaban en la memoria sus palabras. La amistad más profunda con una mujer fue la amistad con María Magdalena, que le siguió y acompañó hasta la muerte. Además, fue la primera persona que experimentó la nueva vida de Jesús y se hizo mensajera de esta buena noticia.
Jesús no hacía distinciones por cuestiones de género, nosotros tampoco deberíamos hacerlas. Niños y niñas, hombres y mujeres tenemos los mismos derechos y obligaciones. Jesús, gracias por amarnos a todos por igual.

Jesús, ayúdanos a ser justos y a respetar la igualdad entre todos nosotros, a saber repartir las tareas del hogar y de la escuela con igualdad y sin discriminar a nadie. A aceptar en nuestros juegos a todo el que quiera participar sin importar si es un niño o una niña.

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