Explicar: El mandarín impaciente
Entonces, un amigo suyo, un hombre mayor y muy sabio, fue a hacerle una visita.
–Recuerda bien este consejo –le dijo. No pierdas jamás la paciencia. Porque si eres capaz de ser paciente con todos en tu nuevo puesto, todos te apreciarán.
–Sí, sí, lo haré –respondió feliz el mandarín.
Pero cada día, su amigo acudía a su casa para darle el mismo consejo. Un día y otro y así hasta cinco veces. Entonces, el mandarín se cansó y dijo enfadado:
–¿Te crees que soy tonto? ¡Ya te oí! ¡Es la quinta vez que me lo repites!
Y el amigo, sereno, le miró y le dijo:
–¿Ves cómo no es nada fácil ser paciente? Ya te lo advertí.
Para comprobar si el mandarín era realmente paciente, su amigo lo quiso poner a prueba. Por eso acudía cada día con el mismo consejo, para comprobar hasta qué punto lo cumpliría. Así, consiguió que él mismo se diera cuenta de que ser paciente no era tan fácil como él pensaba.
La paciencia no es tan fácil de tener, tenemos que trabajar hasta conseguirla. Jorge
ResponderEliminarLa paciencia es muy valiosa, para enfrentar lo que nos pasa cada día. Fran
Ejemplo: Cuando es tu cumpleaños estás muy impaciente porque te van a regalar muchas cosas. Aunque eso no es lo más importante. Rodrigo
Debemos practicar la paciencia. David
La paciencia es muy frágil. Dani
La paciencia es la madre de la ciencia. Jorge