Aprender: Fábulas del mundo: El oso y los caracoles
Había una vez un oso gruñón que vivía en lo más profundo del bosque. Una lluviosa tarde, en su sendero favorito, se topó con un caracol. A punto estuvo de pisarlo, es más, se quedó mirándolo fijamente con la idea de aplastarlo, pero el caracol asomó sus cuernos, le suplicó que no lo hiciera y le prometió que si le dejaba marchar le ayudaría cuando lo necesitara. Al oso le hizo mucha gracia —¡Ja, Ja, Ja! ¿Cuándo voy a necesitar yo la ayuda de un minúsculo caracol? ¡Ja, Ja, Ja!
Tanta gracia le hizo que despertó su compasión y le dejó irse.
Unos meses después, en plena época de lluvias, el oso quedó atrapado por el barro en un profundo charco. Luchaba por escapar de esa húmeda y pegajosa trampa, pero todo esfuerzo resultaba inútil. De pronto apareció el caracol, acostumbrado a esos terrenos tan húmedos, y le dijo:
–Hoy pagaré mi deuda contigo.
Acto seguido aparecieron cientos, miles de caracoles por todas partes. Se sumergieron en el charco y poco a poco, muy despacio, fueron empujando al oso hasta sacarlo de la que parecía una trampa mortal.
El empapado y agotado oso se sintió muy agradecido, los caracoles le habían salvado la vida. Desde entonces su carácter cambió y protegió a todos los caracoles que se cruzaban en su camino.
Fernando Noriega
MORALEJA:
Ayuda siempre a quien lo precise, también tú puedes necesitar auxilio alguna vez. Lo importante no es cuánto puedes ayudar, si no tus ganas de hacerlo.
Ayudar y querer es lo mejor. Elena
ResponderEliminarCuando están en peligro hay que ayudar a todos. Leo
Es bonito compartir los juguetes. David
No importa nada que seas pequeño o grande, seguro que puedes ayudar. Sonia
El amor es lo más importante. Lara
Si alguien necesita ayuda en el recreo le tenemos que ayudar. Gisela
Podemos ser amables y cariñosos. George
Cuidar a los amigos. Juan
Aunque tú seas grande y el otro pequeño no significa que puedas pisarle. David
La paz es muy importante. Mia
Un amigo en el patio no tiene amigos, yo puedo serlo. Rafa
Ayudar a los demás para que me ayuden a mi. Martín