Pensar: Hacer preguntas


Desde pequeñitos, nos pasamos el tiempo haciendo preguntas: 
¿qué es esto?, ¿cómo se llama eso? ¿por qué hoy se ve la luna y ayer no?, ¿qué es esa mancha negra (la sombra) que hay en el suelo y que me sigue? ¿por qué hoy es necesario ir a la escuela y mañana no?. A medida que nos hacemos mayores las preguntas cambian, las se hacen más complicadas: ¿De dónde vengo?, ¿hasta cuándo vivimos?, ¿cómo se hace el agua?,¿qué es el ombligo?,¿de dónde salen las estrellas?...

Plantear preguntas difíciles de responder significa ser consciente de cómo es de complejo el mundo en el que vivimos. Hay preguntas a las que algunas personas mayores han dedicado toda una vida para responderlas y otras preguntas que todavía no tienen respuesta. 

Está claro que la curiosidad es básica para aprender. Quien no se hace preguntas no aprende. La pregunta es el hilo del que tenemos que estirar para saber más cosas de  las que sabemos. 

Si aprendo a escuchar seguramente aprenderé a preguntar y a dialogar y evitaré conflictos con la gente de mi entorno. Padre, te doy gracias por el don de la palabra y la comunicación. Haz que sepa hacer un buen uso.

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