Contemplar: Libertad


Es importante que sepas que tener libertad o ser libre no significa que podamos hacer lo que nos venga en gana. Es más, cuando creas pensar que esto es así, repítete esta frase: “la libertad de uno comienza donde termina la libertad del otro”. Es decir, que somos libres de decidir nuestras cosas o nuestra forma de vida y de pensamiento, pero nunca cuando eso afecte a la libertad de otra persona.

Y para poder tener mucho más claro qué es eso de que mi libertad termina donde comienza la de la persona que tenga enfrente, todos los territorios crean una serie de normas y reglas de convivencia.
Veamos algunos ejemplos sencillos:
  • Eres libre de cantar y de gritar, pero esto no significa que puedas hacerlo en un lugar público, como en una biblioteca o en el cole, porque debemos respetar a los demás y saber cuándo hay que guardar las formas y tener educación.
  • Eres libre de jugar con tus juguetes, pero eso no significa que otro niño esté obligado a prestarte los suyos si no lo desea, o que puedas jugar en cualquier momento y lugar, porque hay ratos para todo.
  • Eres libre de circular por la ciudad y por las calles, pero eso no significa que debas ignorar las señales de tráfico o cruzar la calle cuando esté en rojo. ¡Puede ser muy peligroso para tu vida y la de los demás!

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