Celebrar: Día internacional del migrante


Un día, abandoné mi hogar sin saber muy bien que iba a pasar, y también abandoné mis miedos para comenzar una nueva vida. Embarcamos sin rumbo, muy asustados, dejábamos atrás nuestra casa y nuestra gente. Pero a la vez, una luz de esperanza marcaba nuestro camino, dejando atrás meses de guerra y dolor.
El viaje fue largo, agua y frío nos rodeaba por los cuatro costados...,hasta que en uno de los amaneceres, avistamos la tierra de nuestras esperanzas. La barca arribó y rápidamente todos, pequeños y mayores nos dispusimos a salir, llenos de alegría, pero también de incertidumbre...
- Alim: ¡madre, padre, hermano, hemos llegado!
- Reda: ya estamos aquí familia, un nuevo futuro nos espera. 
Los equipos de emergencia, que llevaban horas en la costa atendiendo las llegadas, nos recibieron con mantas y equipos médicos.
- Manuel: venir conmigo familia, vamos a evaluar como os encontráis.
La persona que nos ayudó, se llamaba Manuel y pertenecía a la Cruz Roja, un movimiento internacional que entre muchos de sus compromisos, como pude entender años después, está la ayuda a las personas en situaciones desfavorables. Pasamos unos días rodeados de muchas personas que nos ayudaban; unas nos daban comida, otras medicamentos para mi hermano que desde que llegó del viaje estaba enfermo, otras jugaban con nosotros para que perdiéramos los miedos... Mi padre dijo que tuvimos mucha suerte, porque él conocía a otras personas que no tuvieron las mismas oportunidades que nosotros a su llegada al nuevo país. 
Tras un tiempo en el que comenzamos a adaptarnos a las nuevas costumbres, cultura, idioma, etc... estas personas nos encontraron un nuevo hogar para mí y mi familia... ¡incluso un nuevo trabajo para mi madre y mi padre y un colegio para nosotros!

Cambiar de país fue una difícil decisión para nosotros y para todas las personas que cada día por unos motivos u otros tienen que tomar también esta decisión. Solo tengo un deseo, que todos las personas migrantes que llegan a estos nuevos países, tengan las mismas oportunidades que tuvimos nosotros. Que se encuentren con personas y asociaciones como las que nos atendieron a nuestra llegada.
Todos somos iguales, no importa el color de nuestra piel, nuestra religión, nuestro idioma, etc.. Todos tenemos los mismos derechos a vivir dignamente.

https://www.cruzrojajuventud.org/

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