Aprender: Dos avestruces


Dos avestruces, de tierras lejanas, se hicieron amigas y no podían vivir una sin otra, hasta que un día una pequeña discusión entre las dos puso a prueba su bonita amistad:
– Hoy jugaremos a lo que yo quiera – dijo una de ellas, mientras que la otra replicó:
– Te equivocas, eso lo decidiré sólo yo.
Ambas se empeñaron en sus caprichos y acabaron enfadadas; hasta que un día se reconciliaron e hicieron las paces, una de ellas manifestó:
– Dejemos los juegos por hoy. Es necesario encontrar otra salida.
Así, dialogando, se pusieron de acuerdo: cada una, alternándose, indicaría el juego del día.
Desde entonces, no hubo más peleas y conservaron su amistad toda su vida.

Hablando tranquilamente se puede llegar a acuerdos, donde las dos personas que discuten salgan ganando. Las verdaderas amistades sobreviven a todos los malentendidos y diferencias que puedan surgir.

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