Mirar: Al ritmo del agua

 


Nadie es perfecto y el contacto con los demás puede ayudarnos a darnos cuenta y a aceptar que tampoco nosotros lo somos. Todos somos imágenes de Dios, pero cada uno es un reflejo diferente porque cada persona humana es única, original, irrepetible. Cada persona humana es un tesoro a descubrir. 

Jesús, gracias por la diversidad de personas que formamos el mundo. Ayúdame a descubrir el tesoro que esconden dentro de mis compañeros y que yo sea capaz de darme a conocer a ellos.

Comentarios