Transformar: Francisco
Creció rodeado de animales a los cuales les llamaba "hermanos". No era de extrañar que los pájaros se le posarán en los hombros mientras paseaba por el campo. Un día, se enteró de que había un lobo que tenía atemorizado a un pueblo porque les atacaba y se comía sus ovejas. Decidió que debía de hablar con el lobo.
- Hermano lobo - le dijo Francisco, - desde hoy no debes de volver a atacar a la gente del pueblo, ellos van a ayudarte dándote la comida que necesitas y tú no tendrás que volver a hacer daño a las hermanas ovejas para alimentarte. ¿Estás de acuerdo?
El lobo dándose cuenta de lo que le decía, estiró la pata en señal de estar de acuerdo. Desde ese día dejó de atacar y fue alimentado por la gente del pueblo, que dejaron de tenerle miedo.
Francisco fue feliz admirando la naturaleza y disfrutando de la compañía de los animales a los que amaba. Nunca dejó de dar gracias a Dios por el hermoso regalo que habíamos recibido, nuestro planeta Tierra.
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