Repirar: El árbol mágico

 


La próxima vez que vayas al bosque, olvida tus rutinas y abre los sentidos al entorno: escucha cómo crujen las raíces; observa la corteza áspera de los árboles y el musgo blando en el suelo. Inhala los olores del bosque con toda consciencia. Piensa "soy parte del bosque", convéncete porque así es. Descubre la vida que te rodea. Intenta detectar la presencia de pequeños animales, aun cuando no los estés viendo. El bosque está repleto de vida. Tanto encima como por debajo de la tierra.

Jesús,  ayúdame a ser como un árbol que sabe acoger a los pájaros en sus ramas; quiero acoger a los que me necesitan.

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