Orar: El disfraz

Ahora que se acerca el carnaval, y que tal vez en estos días nos vamos a disfrazar, podemos dedicar este rato de oración a entender cómo la vida, la vida real, va más allá de las máscaras o de los disfraces…

El disfraz tiene algo de protección. Se convierte en un muro. Una barrera. Una fachada que yo adorno como quiero. Por un rato puedo ser príncipe o pirata, monstruo o ángel, puedo ser cualquier personaje. También a veces en la vida me puedo poner máscaras. Para evitar conflictos.

Y me pregunto, ¿detrás de qué personaje me escondo?

Los disfraces están bien para un día, para jugar, por un rato a ser quien no soy, pero lo importante está en el día a día:  ir aprendiendo a quitarse las caretas y ofrecer, a Dios y a los otros, lo que somos en realidad…

Ayúdame, Señor,  para no confundir el disfraz con la vida


Comentarios