Orar: Dejarnos encontrar en Navidad


Buenos días, 
Entre los pastores que acudieron en Nochebuena a adorar al Niño había uno tan pobre que no tenía nada que ofrecer y se avergonzaba mucho. Llegados al establo, todos rivalizaban por ofrecer sus regalos.
María no sabía cómo hacer para recibirlos todos, al tener en brazos al Niño. Entonces, viendo el pastorcillo con las manos libres, le confió a él, por un momento, a Jesús. Para el pobre pastor, tener las manos vacías fue su fortuna.

Es la suerte más bella que podría sucedernos también a nosotros. Dejarnos encontrar esta Navidad con el corazón tan pobre, tan vacío y silencioso que María, al vernos, pueda confiarnos también a nosotros, su Niño.

Esta Navidad y siempre:
Que nunca te falten las fuerzas en los brazos
para ayudar a los demás.
Que nunca te falte amor
para amar a los demás.
Y que en tus ojos
siempre brille la esperanza.

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