Respirar: La mochila
Buenos días,
con este ejercicio de respiración, nos damos cuenta de que cada uno de nosotros lleva su propia mochila: emociones, problemas, herencia familiar... En este tiempo de final de la Cuaresma es momento de evaluarnos un poco. ¿Hemos encontrado nuestros poderes? ¿Nos han servido para vaciar cosas de la mochila que no son necesarias?
Jesús, hoy me detengo un momento para mirar mi mochila interior. A veces está muy llena, con enojos, miedos o tristezas. Tú me das poderes especiales: la calma, la alegría, el perdón. Con tu ayuda, puedo sacar lo que ya no necesito y quedarme con lo que me hace bien. Jesús, quiero caminar más ligero/a, con mi mochila más vacía y mi corazón más lleno de Ti.
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