Palabras Sagradas: El silencio

¡Buenos días!
Hoy hablaremos de algo que quizás no siempre nos gusta mucho: el silencio. A menudo pensamos que para ser felices debemos estar haciendo ruido, gritando, cantando o hablando sin cesar. ¡Y es verdad que hacer ruido y divertirse es genial! Pero... ¿sabías que el silencio también tiene una fuerza muy especial?
Cuando hacemos silencio, podemos escuchar mejor lo que ocurre dentro de nosotros. Es como cuando estás en clase y todo el mundo habla: cuesta mucho entender lo que dice la maestra o el maestro. Sin embargo, cuando hay silencio, puedes escuchar perfectamente. Pues lo mismo ocurre con nuestro corazón: cuando hay demasiado ruido, nos es muy difícil saber cómo nos sentimos de verdad.
¿Sabías que Jesús también buscaba momentos de silencio? Cada día dedicaba un rato a estar solo para rezar y hablar con Dios. Es como si Dios nos hablara bajito, muy flojito, y por eso necesitamos silencio para poder escucharlo.
¿Te cuesta estar en silencio sin hacer nada?
¿Crees que, si te acostumbras, podrías descubrir cosas nuevas sobre ti mismo/a y sobre Dios?

Este curso aprenderemos a realizar pequeños momentos de silencio. Por ejemplo, todos los días, antes de dormir, cuando estás en la cama y todo está tranquilo, ¿qué te viene a la cabeza? Quizás recuerdas momentos bonitos del día, quizá piensas en cosas que te preocupan, o quizás te apetece decirle algo a Jesús en tu corazón. ¿Y si intentas hacer un momento de silencio todos los días antes de acostarse? Quizás un día te encuentres hablando con Jesús como lo haces con un amigo.

Comentarios