APRENDEMOS: Palabras silenciosas

 

¡Buenos días!
¿Te has dado cuenta de que dentro de tu cabeza vive una vocecita que te habla todo el día? Esa voz es tu voz, una voz que a veces te anima y te dice cosas bonitas… pero otras veces te dice cosas que hacen daño, como “no puedo”, “soy tonto” o “todo me sale mal”. Y aunque no sean verdad, tu corazón se lo puede llegar a creer. Es como si cada palabra fuera una semilla que plantas dentro de ti: si plantas palabras feas, crece la tristeza; si plantas palabras bonitas, crece la alegría y la confianza. ¿Te ha pasado alguna vez?
  • ¿Tú crees que esa voz interior siempre dice la verdad?
  • ¿Por qué a veces somos tan duros con nosotros mismos?
  • ¿Cómo sería tu día si te hablaras con más cariño?

Hablarte bien no es ser egoísta, es aprender a quererte como Jesús te quiere. Él nunca te mira con ojos de enfado: te mira con cariño, con paciencia y con una sonrisa que dice “tú vales mucho”. ¿Te imaginas cómo sería mirarte a ti mismo de la misma manera? Quizá el primer paso para cuidarte sea preguntarte: ¿qué palabras quiero que vivan dentro de mí, las que me entristecen… o las que me hacen sentir amado y capaz?
Acuérdate: las palabras tienen un poder muy grande, incluso las que solo piensas por dentro. Úsalas con cariño, y si un día te equivocas, no pasa nada: te perdonas, respiras hondo… y vuelves a empezar.

¿Lo intentarás hoy?

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